Suenan tambores lejanos, pero no de guerra, indican desilusión y quizás una retirada antes de lo previsto. Hablamos de Lewis Hamilton, que tras lo ocurrido en el deslace final de la temporada podría estar valorando abandonar la Fórmula 1. Lo hace desilusionado, dolido ante lo que considera una manipulación y una conspiración contra su persona y su equipo. Los abucheos de algunas de las últimas citas especialmente por parte de la afición que sigue a Max Verstappen tampoco ayudan. Pero el público es libre de expresar sus filias y sus fobias. Al menos por el momento. Y como deportista y abanderado de unos colores, un equipo y un escudo debería saberlo. Que se lo digan a cualquier jugador de fútbol lo que ocurre en el campo de juego. Hamilton, en su genialidad, casi divinidad y evidente egocentrismo no entiende ni digiere bien que se le abuchee o critique. Dice Toto Wolff que si no habla es porque se ha quedado sin palabras, que por el momento solo las ha tenido para el Príncipe Carlos por ordenarlo Sir, palabras de agradecimiento. Entre tanto, el incombustible nonagenario de Bernie Ecclestone vuelve a la palestra con su tradicional felicitación navideña y con declaraciones dando un poco de cera a unos y otros y de paso argumentando que tras hablar con el padre de Lewis, está convencido de que su hijo se retira de la F1 y que en 2022 no estará en la parrilla. Ahora mismo no es el mejor informado en la F1, eso es casi seguro, pero hasta hace un par de año solo él sabía lo que de verdad lo que ocurría en la Fórmula 1, así que yo lo tomaría bastante en serio.
El desenlace final de la temporada ha hecho que corran ríos de tinta, y así seguirá porque entran en juego diferentes factores, entre ellos, un reglamento que siempre es mejorable y unos árbitros que para unos u otros pueden estar influidos hacia una u otra parte y son seres humanos y como tales, pueden errar. Así es el deporte, especialmente la F1, que por mucha tecnología que tenga requiere de la decisión de un ser humano que puede equivocarse, ya sean pilotos o directores de carrera. Analizado en detalle, reposado y con tiempo para consultar reglamentos y visualizar una y mil veces todo lo ocurrido, sin favoritismos… más o menos, hay que decir que a Hamilton y a Mercedes les levantaron el campeonato en la última vuelta y a estos se les quedó cara de tontos para mucho tiempo. Normal que Lewis se piense lo de volver.
En mi modesta opinión, Mercedes, el equipo más potente, el más grande, el más fuerte, no puede ir a rebufo de lo que haga su rival, sea quien sea. Es él quien debe llevar la voz cantante y no puede limitarse como estrategia a hacer lo contrario de lo que haga su rival. Eso no es de recibo, eso es no saber a qué jugamos y no tener ni la seguridad ni el convencimiento de saber en todo momento lo que se está haciendo. Visto desde fuera y con tiempo para analizar es mucho más fácil, eso está claro, porque en el fragor de la batalla con todo el mundo gritando y los nervios a flor de piel no es fácil. Pero es así y disco esto, al final la jugarreta se la hizo el director de carrera, que no paró la prueba en el mismo momento del accidente de Latiffi. Había que pararlo todo y que se reiniciara la prueba con la pista limpia y todos en igualdad de condiciones. Era lo lógico y lo justo, y en esas condiciones seguramente hoy, Verstappen no sería Campeón del Mundo de Fórmula 1. O quizás sí. Porque todos hemos visto una y mil veces cómo se las gasta Lewis Hamilton cuando tiene que conservar la posición. Lo vimos en la Fórmula 3 y en la GP2, y muchas veces en la Fórmula 1, es imposible de adelantar… y entonces ¿Cómo ocurrió? Aun no entiendo ni cómo ni porqué dejó todo el interior de la curva a disposición de Verstappen. No sé si es que en ese momento se creía tan superior que no se preocupó de cerrar la puerta o que él mismo quiso participar de la carambola final y dar al traste con todo para lo que había trabajado a lo largo del año. No me vale que sus neumáticos no aguantaban para eso y que los del holandés eran nuevos, te pones en medio y llevas el reglamente al límite extremo y no pasa. Quizás es que el propio Hamilton estaba ya cansado, no quería superar el record de título de Schumacher y estaba pensando ya en dedicarse al mundo de la moda. Pero solo quizás y mucho me temo que nunca lo tendremos del todo claro.    
Ramiro Mansanet