Desde que en 2009 se disputó la última carrera andorrana de velocidad pura en montaña, la Subida Valls d’Andorra-Ordino, en cierto modo el Automòbil Club d’Andorra empezó a pensar ya en el regreso de esta especialidad genuinamente andorrana, objetivo que con la elección de Enric Pujal el 2014 como presidente del ACA, se ha podido concretar nada más y nada menos que con el retorno del Campeonato de España.

El camino del país en este tipo de competición ha vivido grandes páginas que ahora aspiran a ser reeditadas. Casi todas las carreteras del país han servido en algún momento de la historia para cronometrar carreras de automóviles: Engolasters, La Massana, La Comella, Erts-Pal, Coll de la Gallina, Els Cortals d’Encamp, Aixovall-Bixessarri, Coll de Jou, Coll de la Botella y, entre todas ellas, una carrera emblemática que se funde en aquellos años 60 tan llenos de carreras: la subida al Port d’Envalira, una competición que se hacía a primeros de enero y de noche, lo que garantizaba nieve en cantidad y toda la magia de la oscuridad para ver evolucionar los coches en una subida habitual en los rallys de la época, conocida como Fra Miquel.

Sea como fuere, esta intensa actividad en la organización de cronometradas en montaña (se llegaron a hacer media docena por temporada) tuvo un importante referente en 1975, cuando se hizo la primera Subida Internacional de Andorra, en la carretera de Pal al Coll de la Botella, casi un ensayo general del que vendría un año más tarde, con la primera carrera puntuable para el Campeonato de Europa de la especialidad. Aquel 1975, la subida la ganó todo un bicampeón de Europa, el francés Jimmy Mieusset (March-BMW F-2), con Eugenio Baturone (Brabham-Ford F-2) primer catalán y español (3º) y Joan Vinyes Casanovas (Martini-Seat F-1800) primer andorrano (5º).

Un año más tarde, en 1976 y ya con puntuación europea, la subida era dominada por la gran figura europea del momento, el italiano Mauro Nesti (Lola-BMW), después de un fin de semana de lluvias que hicieron muy difícil el desarrollo de la carrera. Una larga lista de especialistas europeos precedieron al primer catalán y español (7º), de nuevo Eugenio Baturone (Brabham-Ford F-2), mientras que el primer andorrano (10º) fue Antoni Puigdellivol (Lola-Roc).

En 1977 el europeo vino acompañado, de nuevo, de una gran y cualificada inscripción y también de una intensa lluvia, y conseguía la segunda victoria consecutiva Mauro Nesti (Lola-BMW), justo por delante de Eugenio Baturone (Brabham-Ford F-2), siendo Carles Santacreu (Porsche Carrera) el mejor piloto de casa.

Fueron tres años intensos y con un espectáculo muy vistoso, pero el campeonato europeo de carreras de montaña tendría que esperar más de quince años para volver a ser visto en el principado, puesto que hasta 1993 no volvió la Subida Internacional Valls d’Andorra-Canillo, puntuable de nuevo para el Campeonato de Europa, carrera que ganó Andrés Vilariño (Lola-BMW), con el francés Bernard Chamberod (Toj-BMW) segundo y Joan Vinyes Dabad (Osella-BMW), cuarto.

La cuarta edición de esta prueba europea se hizo en 1994 y resultó ganador el alemán Horst Fendrich (Martini-BMW F-2), seguido de Pancho Egozcue (Osella-BMW), que a final de año se proclamaría Campeón de Europa (último piloto español en conseguirlo) y de España, y del primer local, Joan Vinyes Dabad (Osella-BMW). Después de este año volverían a desaparecer las grandes carreras de montaña del principado, pero no la actividad competitiva, aunque con pruebas de puntuabilidad catalana y andorrana que aún así reunieron espléndidas inscripciones.

Todos los grandes pilotos andorranos han destacado en las carreras de montaña, Joan Vinyes (padre e hijo), Antoni Puigdellívol, los hermanos Ramon y Josep March, Gerard de la Casa, Carles Santacreu, Isidre Garriga, Joan Aleix, Joan Montes, Bonaventura Riberaygua, Carles Puig y un largo etcétera, entre los que también se pueden mencionar apellidos importantes como Arajol, Micó, Cerqueda, Casal, Mas, Recasens, etc.

Con la Subida Ordino-Arcalís que arranca en 2015 vuelve el espectáculo de la montaña al país. El Automòbil Club d’Andorra, con el apoyo de las federaciones española y catalana, reunirá en esta tercera gran época a los mejores pilotos y máquinas de España, Cataluña y Andorra, con el gran objetivo que en un próximo futuro la carrera sea puntuable también para el Campeonato de Francia, lo cual permitiría que los rápidos y muy bien provistos pilotos franceses, colaboren con su presencia a protagonizar más jornadas de gloria en las carreteras de montaña andorranas.