Pepe López y Borja Rozada han visto este viernes como la mala suerte con los pinchazos y un problema de temperatura en su Peugeot 208 R5 T16 les hacía abandonar el Rallye Monte-Carlo.


Tras un primer día duro en el que un pinchazo en la rueda trasera derecha lastró su buen ritmo en el último tramo de la jornada, el viernes ha arrancado de la misma forma: con mala suerte. Un nuevo pinchazo, esta vez en la trasera izquierda, ha comprometido los tiempos de la dupla madrileña en el primer tramo del día (SS3) la cual, hasta el momento de ese contratiempo, rodaba muy cerca de los mejores de su categoría, la RC2.


Los problemas no acabaron ahí y un aumento desmesurado y repentino en la temperatura de su 208 ha obligado al pupilo de Carlos Sainz y a su copiloto a parar en el cuarto tramo del rallye para buscar una solución que les permitiese continuar.


Tras una primera inspección, López y Rozada han regresado a Gap para trabajar en el coche con el objetivo de poder completar la carrera y así acumular kilómetros, experiencia y seguir mostrando su velocidad. Sin embargo, la organización no ha permitido al equipo cambiar el motor del Peugeot acabando así con la participación de los madrileños en la 85ª edición de la carrera monegasca.