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Michele Mouton, ganadora del rallyMichele Mouton, ganadora del rallyNunca mejor que en esta época de empoderamiento de la mujer, para rememorar una victoria de dos féminas que dieron muchísimo juego en la década de los 80 a bordo principalmente del Audi Quattro, peleando incluso por conseguir el título mundial. Michele Mouton y Fabrizia Pons entraron por méritos propios en ese círculo de grandes equipos histórico en rallys.

Una interesante inscripción se presentó el 2 de marzo de 1982 para la disputa de tercera prueba puntuable para el Mundial de Rallyes de ese año.
Audi se presentaba en Estoril con tres Quattro del Grupo 4, con Hannu Mikkola, Michele Mouton y Franz Wittmann. Por su parte Opel venía con el Ascona 400 de Grupo 4 para Walter Rohrl y Henri Toivonen. Nissan estrenaba el Violet GTS de Grupo 4 en las manos de Timo Salonen, mientras que Toyota venía con dos Celica 2000 GT de Grupo 4 para Bjorn Waldegaard y Per Eklund. Por su parte Porsche era representado por Jean-Luc Therier y el 911 SC de Grupo 4. También estaban el Ford Escort RS 1800 de Malcolm Wilson y los Citroën Visa del nuevo Grupo B con Christian Dorche y Alain Coppier.
La primera etapa se desarrolla íntegramente sobre asfalto. En estas condiciones, era Henri Toivonen quien demostraba ser el más rápido. El finlandés marcaba el mejor tiempo en las primeras siete especiales, con más de veinte segundos por delante del Audi de Hannu Mikkola y casi treinta por encima del segundo Opel, el de Walter Röhrl. Sin embargo, una llanta dañada provocaba un pinchazo lento que interrumpía el progreso de Toivonen, que perdía medio minuto en Peninha y lo dejaba en segundo lugar justo detrás de Mikkola y el Audi. Éste lograba mantener la ventaja en la última especial del día, llegando a Estoril con cinco segundos de ventaja sobre su compatriota y ocho sobre Röhrl. Michèle Mouton era cuarta al volante del segundo Audi Quattro a solo veinte segundos de su compañero de equipo. Retrasado por problemas con los amortiguadores y el sobrecalentamiento del motor, Jean-Luc Thérier estaba quinto, justo por delante del Toyota de Björn Waldegård.
Ya en la segunda etapa, los 81 competidores que quedaban en carrera abandonaban el autódromo de Estoril, al final de la tarde, para afrontar una etapa nocturna para celebrar los tramos de tierra en plena noche, cuando la niebla comenzaba a caer. Mikkola se mantenía cinco segundos por delante de Toivonen, con su compañero de equipo Röhrl empatado a tiempo. La visibilidad se reducía aún más entre Relvas y Lousã, donde la pista estaba muy resbaladiza. Mikkola quedaba atrapado allí, en una salida de la carretera; la tripulación estaba ilesa, pero el Audi no podía avanzar. Michèle Mouton lograba una actuación notable en este tramo, mostrándose dos segundos por kilómetro más rápido que Röhrl. La francesa tomaba de esta manera el mando de la carrera, casi medio minuto por delante del piloto alemán y un minuto por encima de Toivonen. La niebla amainó un poco en los siguientes tramos, donde Röhrl lograba superar al Audi líder durante unos segundos, pero Mouton volvía a ser la mejor en la especial de Buçaco, poco antes del amanecer. Entonces estaba 24 segundos por delante de su oponente principal, mientras que Toivonen, todavía tercero, ya estaba a más de dos minutos.
Ya en la tercera etapa, Michèle Mouton ganaba tres de las cuatro cronometradas, con casi un minuto de ventaja sobre Röhrl, mientras que Toivonen perdía todas sus posibilidades de hacer una buena actuación, habiendo sido penalizado por retraso tras un pinchazo, y caer al decimoctavo puesto de la clasificación. Ahora tercero, cinco minutos detrás del líder, era Waldegård, seguido por Pond, mientras que el quinto lugar estaba muy disputado entre Eklund y Thérier. Autor de una carrera muy regular en su pequeño Citroën Visa, Alain Coppier, duodécimo, estaba en cabeza del Grupo B.
Las tripulaciones salían de nuevo de Viseu para una etapa nocturna muy corta que los llevaría a Póvoa de Varzim. Todos los tramos los ganaría Michèle Mouton, que consolidaba su primer puesto, con casi dos minutos de ventaja sobre Röhrl. Un problema de diferencial acababa con el Toyota de Waldegård y Pond ahora se encontraba en el tercer lugar, justo por delante de Eklund, mientras que Thérier, quinto, perdía algo de terreno debido a problemas en la caja de cambios del Porsche. Toivonen abandonaba la carretera.
La cuarta etapa era una larga jornada en tierra. Röhrl se salía de pista por un fallo de la dirección quedando el Opel totalmente destruido. Mouton tenía ahora ocho minutos por ventaja sobre el Nissan de Pond. Su liderato todavía se fortalecía más cuando Pond también se retiraba, con su caja de cambios rota. Eklund ocupaba ese segundo lugar, por delante de Thérier, nueve minutos y medio por detrás del Audi. A partir de entonces la carrera estaba sentenciada. Thérier abandonaba también, con el embrague fuera de servicio. El Audi de Franz Wittmann subía a la tercera posición después de muchos problemas durante la segunda etapa. Los numerosos abandonos beneficiaban al piloto local Carlos Torres, que ocupaba la cuarta plaza al volante de su Ford Escort, justo por delante del Citroën Visa grupo B de Coppier.
La última etapa, disputada en viernes por la noche, era solo una formalidad para Michèle Mouton, quien era cada vez la más rápida y ganaba brillantemente su segundo rally del campeonato mundial. La clasificación se mantuvo sin cambios, con Eklund ocupando el segundo lugar por delante de Wittmann y Torres, mientras que Coppier lograba mantener su quinto lugar con victoria en el Grupo B. La victoria de Audi permitía al fabricante alemán tomar la delantera en la clasificación de marcas, mientras que Mouton subía al segundo lugar en la clasificación de pilotos, a solo cuatro puntos de Walter Röhrl.
Así eran las carreras en esa época, donde los abandonos decidían incluso campeonatos, y la fiabilidad era un hueso duro de roer para la mayoría de marcas. Pero la demostración de Michele Mouton pasará a la historia como la mujer más consistente en la historia del Mundial de Rallys.
 
Agradecer la incorporación de Jorge Carracedo a la pléyade de buenos fotógrafos de la revista, de cierta edad, que mantienen una gran colección de fotografías de muchos años atrás, y con gran calidad.
Henry Toivonen fiel a su estilo, no conseguía llegar a la meta, con problemas de embrague.Henry Toivonen fiel a su estilo, no conseguía llegar a la meta, con problemas de embrague.

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