El piloto sueco, que no triunfó en la Formula 1, donde militó hasta el 2018, conseguía su mayor triunfo en su carrera deportiva al conseguir la victoria en las 500 millas de Indianápolis.
Alex Palou llegó a liderar la prueba y junto a Scott Dixon, compañeros en Ganassi, mantenían un dominio relevándose en el liderato de la prueba. Pero el español tuvo el infortunio de ponerse en bandera amarilla cuando iba a los boxes a reportar y cambiar neumáticos. Eso le obligó a volver a boxes una vuelta después y tener que hacer una parada de más, y caer al fondo de la clasificación. Por su parte Dixon tenía un Drive Through por superar la velocidad del Pit Lane. Todo parecía a favor del mexicano Patrick O’Ward o en todo caso para Félix Rosenquist de quien sería el ganador, pero apareció Ericsson que les adelantó a los dos a falta de 18 vueltas, y empezó a destacarse en cabeza. Una bandera roja por el fuerte accidente de Jimmie Johnson complicó algo la cosa al tener que volver a salir a carrera a falta de tres vueltas, pero el sueco supo aguantar los ataques de O’Ward para pasar la meta como ganador. Kanaan era tercero finalmente, siendo cuarto Rosenqvist, mientras Palou terminaba finalmente en la novena posición tras recuperar en las últimas vueltas.